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Presentación turística del
municipio de Sequeros
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La villa de
Sequeros fue
declarada
conjunto
histórico
artístico
en 2004,
situada en
plena
Reserva de
la Biosfera
Sierra de
Francia-Sierra
de Béjar,
cosiendo el
Parque
Natural de
Las Batuecas
con el
futuro
parque
natural de
Quilamas.
En el
corazón de
la sierra de
Francia, en
la falda de
un suave
cerro
conocido
como del
Mariscal a
unos 950 m.
de altitud,
se yergue la
villa de
Sequeros, Su
privilegiado
emplazamiento
le ha valido
la merecida
denominación
de
“Mirador de
la Sierra”,
obteniéndose
desde
Sequeros
algunas de
las más
bellas
perspectivas
de toda la
provincia.
Situado a 75 km. de
Salamanca, 52 de
Ciudad Rodrigo y 50
de Béjar. El
conjunto municipal
de Sequeros lo
encontraremos
situado en la franja
Sur de la provincia
de Salamanca (al
suroeste de la
Comunidad Autónoma
de Castilla y León),
ocupando parte del
espacio geográfico
en el que se halla
la Sierra de
Francia. A 75
kilómetros de
distancia hasta la
capital charra.
El municipio de
Sequeros se alza
sobre 930 metros
respecto al nivel
del mar, lo cual
tiene repercusiones
en el clima de la
región. El
territorio municipal
supera los 6
kilómetros cuadrados
y sobre ellos
residen alrededor de
230 habitantes. |
Desde el
Mirador de
la Cruz.
Foto:
Cristina
Sánchez
Grillet
Desde el
Mirador de
la Cruz.
Foto:
Cristina
Sánchez
Grillet |
La
anécdota: a falta de
documentos
históricos, las
leyendas ocupan un
espacio vacío de
desinformación.
Circulan voces
populares sobre la
Sierra de Francia
que señalan el
origen del
territorio en la
repoblación francesa
iniciada por
Raimundo de Borgoña.
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Como el resto de los
pueblos de la zona,
su mayor atractivo
es su maravilloso
entorno natural y el
bello entramado
urbano que sus
habitantes han
puesto especial celo
en cuidar y
conservar, por lo
que el simple paseo
por sus calles,
plazas y rincones,
produce una
impresión
inolvidable.
Atestiguan
su antiguo
pasado,
restos de lo
que pudo ser
un antiguo
castro, así
como algunos
vestigios
romanos y
visigodos.
Más tarde,
en el siglo
XII, las
crónicas la
incluyen en
el obispado
de Santiago
y después en
el condado
de Miranda
del
Castañar,
hasta que en
1756
Fernando VI
le otorgó el
definitivo
título de
villa,
pasando en
1833 a
convertirse
en cabeza de
partido.
Recomendamos
al viajero
que abandone
su vehículo
antes de
adentrarse
en la villa,
cerca del
Ayuntamiento,
junto a la
carretera
que discurre
hacia Béjar.
Desde allí
podrá
arrancar un
relajado
paseo por
sus calles,
a la
búsqueda de
rincones,
plazuelas,
casas
singulares,
dinteles
labrados,
balconadas…
recursos
todos que
sorprenderán
agradablemente
al paseante.
Rodeada de frondosos
bosques, la villa
tuvo gran
importancia comarcal
en el siglo XIX,
como queda patente
en el teatro del
Liceo, hoy llamado
Teatro León Felipe
en homenaje al poeta
zamorano que vivió
aquí su niñez. |
Calle
Antigua
Cárcel.
Foto:
Cristina
Sánchez Grillet
Calle Larga.
Foto:
Cristina
Sánchez Grillet |
LEÓN FELIPE
A la edad temprana de dos años fue traído por su familia a esta villa, donde pasó su infancia hasta los once años. Las calles de Sequeros, sus plazuelas, los lugares de baño, las ermitas, el Robledo, la Cruz… todos fueron escenario de sus andanzas y travesuras, y todos ellos forjaron la fina sensibilidad de este poeta, como queda patente en sus versos:
Ser en la vida romero,
romero sólo que cruza siempre por caminos nuevos.
Ser en la vida romero,
sin más oficio, sin otro nombre y sin pueblo.
Ser en la vida romero, romero..., sólo romero.
Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo,
pasar por todo una vez, una vez sólo y ligero,
ligero, siempre ligero. |
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Recorrer sus
calles te
permitirá
admirar su
trazado
sinuoso, la
plaza
porticada
del
Altozano, la
torre del
concejo, los
pasadizos,
balconadas y
callejones…
hasta llegar
a la
ermita del
Humilladero
y al
santuario de
Nuestra
Señora del
Robledo,
donde se
funden
magistralmente
naturaleza y
sentir
religioso.
En el
interior de
este último,
además de un
soberbio
artesonado
mudéjar, se
guardan los
huesos del
peregrino
francés
Simón Vela y
de la
profetisa
Juana, la
"Moza
Santa",
personajes
vinculados a
la aparición
de la Virgen
de la Peña
de Francia,
patrona de
la comarca.
Artesonado
mudéjar
Iglesia del
Robledo.
Foto:
Cristina
Sánchez Grillet
La plaza del
Altozano,
que cumplió
antaño las
funciones de
coso taurino
y aun hoy de
mercado,
conserva
excelentes
balconadas,
organizando
uno de los
pocos
amplios
espacios
urbanos
libres que
pueden
contemplarse
en un
entramado
urbano con
claras
herencias
árabes y
judías.
Cerca de
esta plaza
se encuentra
uno de los
lugares más
emblemáticos
de Sequeros
y quizá de
toda la
sierra, el
Teatro. Este
singular
edificio,
único en los
alrededores,
nació de la
mano de la
Sociedad del
Liceo en
1870, época
de esplendor
de la
burguesía de
la villa.
Teatro León
Felipe.
Foto:
Cristina
Sánchez Grillet
Sin más,
puede que
descubra
callejuelas
como la del
Infiernillo,
donde los
aleros
dibujan una
arquitectura
intrincada
de
acercamientos
imposibles y
de suma
estrechez.
Otras muchas
calles le
sorprenderán
por su bella
factura,
adornadas
primorosamente
en sus
balconadas y
solanas con
flores,
llevándole
hacia
fuentes y
manaderos,
al amparo de
soportales y
puertas con
dinteles en
los que se
descubren
enigmáticas
inscripciones.
Una de estas
calles, la
del Concejo,
le permitirá
contemplar
uno de los
rincones más
bellos de
Sequeros, el
que
conforman la
portalada
con las
torres de la
iglesia de
San
Sebastián y
la del
Concejo,
presidida
por un
histórico
reloj
colocado en
tal lugar en
1638 y que
desde
entonces ha
acompañado,
con sus
toques de
campana, la
vida y
muerte de
sus
moradores.
Abandonemos
ahora el
caserío
hacia
poniente,
hacia un
crucero que
destaca
entre tapias
de granito
que forma
parte de un
extenso vía
crucis y
antecede a
la ermita
del
Humilladero,
del siglo XVI. Allí
podrá
disfrutar de
un breve
descanso, al
cobijo del
Cristo de
las
Batallas,
pues le
proponemos
que continúe
hacia el
sur,
recorriendo
la Llanada,
hacia el
Robledo.
Recibe tal
nombre un
amplio
espacio
poblado de
arbolado que
transforma
su disfrute
y
contemplación,
y la del
santuario
que lo
preside -el
de Nuestra
Señora del
Robledo-, al
amparo del
discurrir de
las
distintas
estaciones.
De histórica
veneración,
este templo
parece
remontarse
al siglo XIII, aunque
su factura
actual se
debe al
siglo XVI.
Más tarde,
en el XVIII,
se construyó
la espadaña,
el enlosado
y se
llevaron a
cabo cambios
en su
camarín.
Su cubierta
mantiene
todas sus
armaduras de
madera,
destacando
las de la
nave
central,
ochavada, y
la de la
capilla
mayor,
octogonal y
de gran
sencillez y
calidad.
Alberga
interesante
imaginería
en sus
retablos,
destacando,
la de su
titular la
Virgen del
Robledo,
obra
románica
tardía, y la
Virgen de la
Leche.
Como
curiosidad
Sepa el
lector que
este templo
se entronca
con una de
las
tradiciones
y leyendas
más
arraigadas
en toda la
Sierra de
Francia, la
de la
Profetisa
Juana. Esta
moza santa
que en 1424,
profetizó el
milagroso
hallazgo de
la Virgen de
la Peña de
Francia y la
construcción
de algunos
de los más
singulares
conventos de
todo el
entorno, se
encuentra
enterrada en
el camarín.
También
descansa en
estos muros
el verdadero
protagonista
del hallazgo
profetizado,
Simón Vela,
un “franco”
devoto que
encontró
dicha
imagen, la
más venerada
de toda
Salamanca.
De regreso
al pueblo el
camino le
llevará
hasta la
iglesia
parroquial o
de San
Sebastián.
El templo se
construyó en
el siglo
XVIII bajo
la dirección
de Jerónimo
García de
Quiñones. De
una sola
nave y
esbelta
apariencia
tiene
características
del barroco
de
transición,
con retablos
y notable
imaginería.
Parque del
Barrero.
Foto:
Cristina
Sánchez Grillet
Plaza de
Toros.
Foto:
Cristina
Sánchez Grillet
Al otro lado
del pueblo
hay un
magnífico
parque,
muy
agradable
para estar o
pasear, en
el que
encontraremos
la plaza de
toros desde
donde sale
un camino
que, en unos
200 metros,
nos sitúa en
uno de los
parajes más
bellos de la
Sierra de
Francia,
extensa
planicie que
antaño fue
lugar
dedicado a
las labores
de trilla y
limpieza del
cereal.
Atalaya
privilegiada
para la
contemplación
del paisaje
serrano. |
Iglesia del
Robledo.
Foto:
Cristina
Sánchez Grillet
Calle Teatro.
Foto:
Cristina
Sánchez Grillet
Calle Las Heras.
Foto:
Cristina
Sánchez Grillet
Plaza Eloy
Bullón.
Foto:
Cristina
Sánchez Grillet
La Llanada.
Foto:
Cristina
Sánchez Grillet
Iglesia de
San
Sebastián.
Foto:
Cristina
Sánchez Grillet
Parque del
Barrero.
Foto:
Cristina
Sánchez Grillet
Mirador de
la Cruz.
Foto:
Cristina
Sánchez Grillet |
Hoy lo
preside un
magnífico
crucero y el
mirador, por
excelencia,
de toda la
sierra.
Desde allí
las cumbres
nevadas de
la Sierra de Béjar
destacan en
el horizonte
en una de
sus más
bellas
siluetas,
obteniéndose
también
espectaculares
perspectivas.
La ubicación
de Sequeros
en el centro
de la Sierra
de Francia,
permite
abarcar un
amplio
espacio en
el que
recorriendo
pocos
kilómetros
podemos
encontrar
una amplia
gama de
lugares
interesantes,
los más
destacados
son los
siguientes,
pero seguro
que el
viajero
descubrirá
algún otro
sin duda tan
interesante
o más.
-Iglesia Parroquial de San Sebastián del s.XVII
-Iglesia de Ntra. Sra. del Robledo, s.XVI declarada de
interés
cultural (B.I.C
1993)
-Ermita del Humilladero, s.XV (B.I.C 1993)
-Teatro Liceo de 1876
-Parque del Barrero
-Plaza de toros reconstruida en 1965
-Mirador de la cruz “Balcón de la sierra”
-Plaza de Eloy Bullón
-Plaza del Altozano
-Torre del Concejo
LUGARES DE
INTERÉS
CERCANOS A
SEQUEROS
-Pueblos Conjunto Histórico: Sequeros, San Martín del
Castañar (5
km),
Mogarraz (8
km), Miranda
del Castañar
( 8 km), La
Alberca (15
km),
Candelario
(50 km) y
Ciudad
Rodrigo (50
km)
-Parque Natural de las Batuecas y Las Hurdes (20 km)
-Santuario de la Peña de Francia (27 km)
-Estación de esquí de La Covatilla (50 km)
-Hervás (55 km)
-Salamanca (70 km), Las Arribes del Duero (100 k),
Ruta de las
Fortificaciones:
Ciudad
Rodrigo,
Aldea del
Obispo, San
Felices de
los Gallegos
y Almeida
(Portugal).
Disfrute,
sin prisa,
de tan
inigualables
panorámicas
y plantéese
tomar
un tentempié.
Si así lo
decide sepa
que la
gastronomía
local se
fundamenta
en los más
sencillos, y
a la vez más
excelentes,
ingredientes.
El aceite,
el vino, las
frutas…, se
transforman
en el “limón
serrano”,
los hornazos
o los
contundentes
pucheros,
dando paso a
postres como
las tortas
de nogalada,
los
sacatrapos,
el turrón
casero o las
cazuelas de
sopa dulce.
Y para
concluir
nada mejor
que un
aguardiente,
que dicen
por aquí que
es excelente
digestivo.
Camino
Bosque de
los Espejos
La llegada a
Sequeros,
desde donde
partimos, se
hace en un
descenso
suave hasta
la ermita.
Un paseo
completa una
ruta donde
el caminante
se puede
llevar la
experiencia
de haber
caminado
entre la
realidad y
sus espejos.
Espejo y
puerta para
pasar al
otro lado.
Les ponemos
nombres a
los caminos
y se
incorporan
elementos
que nos
invitan a
mirar el
paisaje con
otras
referencias.
Poesía,
misterio,
juegos de
espejos,
peregrinos,
todo para
realzar una
naturaleza
espléndida
que, en
cualquier
época del
año, nos da
la ocasión
de encontrar
entre su
vegetación
un reflejo
de nosotros
mismos.
http://www.lasalina.es/turismo/rutas/bosquedelosespejos/
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