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Qué visitar en Sequeros
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La
Iglesia de El
Robledo |
El primitivo
templo de El
Robledo se
construyó en
el siglo XIII (lo
atestiguan
su
orientación
este-oeste y
las marcas
de los
canteros en
las
piedras),
aunque el
primitivo
templo
medieval
sufrió en
1622 un
incendio
devastador
que lo dejó
prácticamente
en sus
cimientos,
reconstruyéndose
a partir de
entonces y
quedando su
estructura y
distribución
de forma muy
aproximada a
como lo
vemos en la
actualidad.
Vamos a
destacar de
forma breve
algunas de
sus obras
más
importantes,
y para no
cansaros con
tanta
avalancha de
fechas y
estilos,
comentaremos
también
algunas de
sus
curiosidades
más
destacadas:
El
artesonado
Es de estilo
mudéjar y
fue mandado
instalar
tras la
reconstrucción
que se llevó
a cabo
después del
incendio
mencionado
anteriormente.
La capilla
mayor tiene
forma
octogonal y
la nave
central de
artesa
invertida.
Su autor fue
el
carpintero
de San
Martín del
Castañar
Juan Hidalgo
Viejo. La
parte más
restaurada
es la que
queda justo
debajo del
campanario,
al fondo de
la iglesia.
Tiene mayor
valor
artístico
el que
vimos en la
ermita, pero
éste se
encuentra en
un estado de
conservación
bastante
mejor que el
anterior.
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El
Camarín de
la Virgen
Está situado
detrás del
altar mayor.
Tiene dos
plantas, y
se accede a
él por una
puerta que
hay en el
retablo. El
valor
artístico
del mismo
reside
principalmente
en su
cúpula, toda
ella
recubierta
de yeso y
adornada con
abundantes
motivos
vegetales.
La misma fue
construida a
mediados del
siglo XVII,
y es con
toda
seguridad
uno de los
camarines
barrocos más
antiguos de
España. Hay
uno similar
en la
iglesia de
los
Desamparados
de Valencia,
aunque este
último fue
construido
algunos años
más tarde. |
Ha sufrido
muchas
restauraciones
a lo largo
de su
historia,
debido
principalmente
a los daños
ocasionados
por las
goteras.
Un dato muy
significativo
que merece
la pena
destacar, es
que en la
planta alta
del mismo
reposan los
restos de
Simón Vela,
el
estudiante
francés que
encontró el
19 de mayo
de 1434 la
imagen
escondida de
la Virgen de
la Peña de
Francia; y
los de Juana
Hernández,
la Moza
Santa de
Sequeros,
que
profetizó el
encuentro de
la imagen
diez años
antes de que
sucediese. |
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Los
Retablos
Cinco son
los retablos
de esta
iglesia. Uno
de ellos se
encuentra en
la
sacristía.
Es de
principios
de siglo
XVII y acoge
la imagen de
un Cristo
barroco.
Los dos
retablos
colaterales
se atribuyen
a la escuela
de Gregorio
Fernández y
ambos son
también de
principios
del siglo
XVII. El de
la derecha
está
dedicado a
san Juan, y
el de la
parte
contraria a
la
Inmaculada.
La imagen de
san Juan
es una obra
de Antonio
de Paz, y
fue
realizada en
1624. Mide
1,20 de
alto, y su
autor fue
uno de los
escultores
de la época
más
destacados
en
Salamanca.
La
Inmaculada
es una
imagen de
gran tamaño.
Mide 1,35 de
alto, y se
cree que fue
sufragada
por la
cofradía que
lleva su
nombre en el
momento de
su
fundación.
Al lado del
retablo de
la
Inmaculada
está situado
el de la
Cruz Bendita.
Es un
retablo de
estilo
barroco más
tardío. Su
cuerpo
principal
tiene un
fondo de
espejos, y
es el que
acoge a la
Cruz,
patrona de
Sequeros,
cuya
festividad
se viene
celebrando
en Sequeros
cada 3 de
mayo, al
menos desde
el siglo XV.
En su parte
superior,
como en un
pequeño
ático con
hornacina,
puede verse
la imagen de
san
Francisco
Javier.
La imagen de
la Cruz,
también
conocida
como Cruz
de la
Moriana,
está toda
ella
cubierta de
cristales en
el centro
como
protección,
pues según
la tradición
algunos
arrancaban
de ella
trozos de
madera, por
la creencia
de que
servirían
para curar
sus
dolencias.
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El
retablo
mayor es
de estilo
barroco. Su
construcción
se contrató
en Salamanca
en 1679, y
se atribuye
su autoría a
un tal
Miguel
Martínez,
escultor y
retablista
asentado en
Villanueva
del Conde.
En el centro
y en su
parte más
alta puede
verse la
imagen de la
Virgen de
la Buena
Leche,
sobre un
trono de
roble
labrado,
construido
para
albergar la
imagen de la
Virgen del
Robledo.
Mide 86 cm
de alto y 52
en la parte
más ancha.
Es de
policromía
muy
sencilla, y
por su parte
trasera no
está tallada
por haber
sido creada
para ser
colocada en
un altar.
La Virgen
del Robledo
es una talla
románica
tardía, que
fue
descubierta,
según cuenta
la
tradición,
en el hueco
de un roble
por una
joven antes
del siglo
mil
cuatrocientos,
como figura
en una
pizarra en
la espadaña
(siglo XIV).
Es de madera
policromada
y su canon,
como las
imágenes de
su época, es
bastante
desproporcionado.
Desde hace
algunos años
está por
seguridad en
la otra
iglesia del
pueblo, y
únicamente
se venera su
imagen en
este templo
los días de
la novena y
de su
festividad
en el mes de
agosto.
Encima del
sagrario
podemos ver
la talla de
un Ecce
Homo,
esculpida en
una loseta
de mármol de
33x27. Es un
relieve de
estilo
barroco y
representa
la cara del
Salvador.
Lleva una
discreta
pintura en
su corona,
en los ojos
y algunas
salpicaduras
de sangre.
En ambos
laterales se
encuentran
las imágenes
de san Pedro
y san
Francisco de
Asís. En la
parte más
alta del
retablo
destaca
también la
figura del
Padre Eterno
bendiciendo
entre nubes.
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Curiosidades
Los cuadros
que hay al
fondo de la
iglesia
representan
La Invención
de la Virgen
del Robledo
y a la Moza
Santa.
En el
primero de
ellos
podemos ver
a una joven
arrodillada
en oración
ante una
imagen de la
Virgen que
se le
aparece en
un roble.
Cuatro
hombres se
preparan
para cortar
el árbol. Al
fondo pueden
verse las
montañas de
la Sierra de
Francia y de
la Peña. Por
las
vestimentas
de los
personajes
pudiera
fecharse a
finales del
siglo XVI o
principios
del XVII.
Fue reparado
el año 1896
por las
manos
inexpertas
de un
restaurador,
el cual
estampó su
firma de
forma
desafortunada
en letras
grandes
sobre el
lienzo.
El cuadro de
la Moza
Santa es una
copia de una
pintura
anterior
desaparecida.
Representa a
la joven
Juana de
rodillas
señalando a
una cruz.
También fue
restaurado
por el mismo
pintor que
reparó el
anterior, y
lamentablemente
con las
mismas
consecuencias.
Como podéis
observar,
ambos
cuadros se
encuentran
en muy mal
estado de
conservación.
La
denominación
del Robledo
le viene al
templo por
estar
enclavado en
un lugar
rodeado de
robles, y a
la vez alude
a que en uno
de ellos
apareció,
según cuenta
la leyenda,
la imagen de
María a la
que se
consagra el
templo.
El templo
dispone de
libros de
bautizados
desde el año
1587, de
enterrados
en la
iglesia
desde 1592,
y el libro
más antiguo
de casados y
velados es
de 1604.
En las
inmediaciones
de la
iglesia hay
una piedra
en la que
puede leerse
22 de abril
de 1622, lo
que hace
suponer que
fue la fecha
en la que
comenzó la
reconstrucción
del templo
después del
incendio.
La puerta
cegada en la
parte
izquierda de
la capilla
mayor era la
entrada a
una antigua
sacristía
desaparecida.
En 1754 se
colocaron
las pizarras
del suelo.
En total
136, a razón
de 48 reales
cada una. El
coste total
de la obra
ascendió a
6528 reales.
El
campanario
ha sufrido
el efecto
devastador
de los rayos
en varias
ocasiones:
en 1795,
en1806 y en
1816.
Una
tradición
dice que al
colocar en
el vano de
la espadaña
la
correspondiente
campana,
ésta se cayó
arrastrando
en su caída
a un
gallego,
despidiéndolo
hasta el
cementerio y
matándolo.
Otra
tradición
apunta
también que
el sonido de
la campana
era
perceptible,
con viento a
favor, hasta
18 leguas
(unos 10 km)
El retablo
de San Juan
lo encargó
construir un
grupo de
vecinos de
Sequeros,
todos con el
nombre de
Juan,
ajustándose
en 400
reales al
entallador
de San
Esteban de
la Sierra
Alonso
Hernández.
El retablo
mayor fue
construido
en Salamanca
y se trajo a
Sequeros en
cuatro
carros.
Costó 4412
reales.
El púlpito,
del año
1668, como
figura
inscrito a
su
alrededor,
tenía en su
día
instalado un
tornavoz
consistente
en una bella
y decorativa
montera
barroca,
pintada y
dorada, del
mismo estilo
y época que
el altar
mayor.
En el siglo
XVII se
realizó para
la Virgen
del Robledo
el trono
barroco que
puede verse
en el arco
abierto del
camarín,
adornado con
ángeles
entre nubes,
y lleva en
su interior
un pedazo de
roble,
reliquia del
árbol en el
que
apareció.
La Virgen de
la Peña de
Francia, por
motivo de la
supresión de
los
conventos,
la
exclaustración
y la
desamortización,
estuvo en
este templo
casi 20
años, desde
el 4 de
septiembre
de 1835
hasta 1854
que fue
entregada al
párroco de
La Alberca,
lugar donde
estuvo otros
15 años,
concretamente
hasta el 11
de julio de
1869, que
volvió al
Santuario de
la Peña.
Tres años
más tarde,
concretamente
el 17 de
agosto de
1872, fue
robada de la
iglesia del
Santuario y
estuvo
desaparecida
otros 17
años.
Durante el
tiempo que
estuvo en El
Robledo se
celebró en
este lugar
la
festividad
de la Virgen
de la Peña.
La iglesia
del Robledo
fue
declarada
Bien de
Interés
Cultural el
año 1993.
La iglesia
tuvo un
órgano en la
tribuna.
Databa del
siglo XVII y
era de gran
valor
artístico.
En 1890 el
inventario
de la
iglesia lo
menciona
como
inservible,
y en 1978 se
desmontó
definitivamente.
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Texto de
Ramón Martín
Fotos de
María Galera
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